PITÓN DERECHO Hemos visitado dos
de las treinta y tantas ganaderías tlaxcaltecas de toro bravo: El Grullo y La
Laguna. Fue una visita que debió prolongarse por semanas, pero aún así, fue una
experiencia vivida en el campo bravo mexicano que nos dejó pasear por las
mismas dehesas donde empezaron a pastar los toros bravos, hace ya 180 años. Poco
tiempo pero aprendimos algo.
PITÓN IZQUIERDO Intrigados
porque en un hato de toros cinqueños correteaban dos o tres becerros, el
Mayoral de El Grullo nos ilustró explicando que así se evitaba que los toros no
pelearan entre sí; los becerrones fungían como compañeros de juego y así se olvidaban
los cinqueños de cosas más serias.
PITÓN DERECHO Antes, una amable
dama del grupo anfitrión, nos había contestado la pregunta directa: No. En El
Grullo no eran necesarias las fundas protectoras para evitar heridas entre los
toros ya que, para evitar las peleas entre ellos, el Mayoral armaba los hatos
con animales ya tentados, que se llevaban bien.
PITÓN IZQUIERDO Recordamos que también
José Luis Prieto Garrido en su tratado EL TORO BRAVO/GANADERÍAS MÍTICAS (España,
2012, Almuzara, 507 pp), toca el tema. Realiza una indagatoria sobre el uso de
las fundas protectoras de las cornamentas y de 30 entrevistas a ganaderos, más
otra a un ¨pastor de encierro¨ (que son los que se encargan de los toros
¨cortados¨ en la Pamplonada), responden en contra del uso 22 y 9 están a favor.
No todos son tajantes por lo que encontramos algunos que condicionan su rechazo
o aceptación; y todos, claro, precisan las ventajas que encuentran para justificar
su postura.
PITÓN DERECHO Los resultados son
sorprendentes: varios de los opositores al enfundado, lo hacen, según ellos
mismos declaran, por romanticismo; no importa que sus toros, aún los ya comprometidos,
se estropeen los cuernos rascando el suelo rocoso o durante peleas. El toro
bravo es un animal salvaje y no debe ser manipulado en ninguna forma. Es
deprimente ver en el campo bravo a los animales con la cornamenta enfundada.
PITÓN IZQUIERDO En el Tendido
ocupado por los que aceptan las fundas, se arguye, sobre todo, la razón económica
y hasta mencionan el trapío. Algunos aceptan la protección porque no detectan ningún
resabio en el toro al que le han puesto y retirado las fundas y además, pueden
presentar la cornamenta intacta (Sic). Otros más solamente enfundan las astas durante el invierno y en el verano las dejan
que se oxigenen.
PITÓN DERECHO Tanto el Mayoral de
El Grullo como el autor del libro mencionado, nos hacen recordar a una reina: Isabel
La Católica. Como muchos de los asuntos propios de la Fiesta de nuestro Siglo
XXI, el enfundado de la cornamenta tiene antecedentes seculares, en este caso
contemporáneos de Isabel.
PITÓN DERECHO, OTRA VEZ Gonzalo Santonja en su obra LUCES SOBRE UNA
ÉPOCA OSCURA/ (El toreo a pie del siglo XVII), (España, 2010. Everest, 358 pp.),
se apoya en Fernández de Oviedo y nos dice que la Reina conmovida por unos caballos
destripados y unos peones muertos por las astas, propuso esas ¨fundas¨ para
proteger a los caballos y a los peones de las heridas de los cuernos. Leamos en
la particular sintaxis, con las expresiones y ortografía de la época:
PITÓN IZQUIERDO «Mandó
que a los toros, en el corral, les encaxassen –o calcassen—otros cuernos de
bueyes muertos en los proprios que ellos se tenían, e que, así puestos, se los
clavasen, porque no se les pudiesen caer los postizos: e como los injertos
volvían los extremos e puntas dellos sobre las espaldas del toro, no podían
herir a ningún cavallo ni peón, aunque le alcançassen, sino dalle de plano, e
no hacerles otro mal… »
PITÓN DERECHO También encontramos que la reina ordena una
muy débil prohibición de las corridas, pero regresando a la protección de
caballos y peones, las fundas rígidas, como son los cuernos propuestos por
Isabel La Católica, significaban que el ganadero del Siglo XVI ya podía prescindir
de la genética y directamente darles la forma que desease, según la cornamenta molde;
tal como nuestros ganaderos del Siglo XXI pudieran hacerlo ahora, teniendo a su
alcance la tecnología de punta con que pudieran configurar cualquier perfil de
cuernos. Órale.
PITÓN IZQUIERDO Tuvimos otra gratificación
durante tan agradable viaje; presenciamos en La Laguna a dos novilleros a quienes
el ganadero Jorge Rojas dio la oportunidad de torear un novillo. Ambos
aprovecharon para mostrar las agallas, buena técnica y algo de creatividad.
También soltaron una becerra, ya toreada, que fue una tentación en que no todos
caímos y los que sí sucumbieron a ella, lo pagaron con algunos rehiletes que
terminaban en costalazos que causaron más carcajadas que moretones.
REMATE Con la comida en el casco
de la hacienda cerramos la jornada inolvidable: ¿Qué sería de nosotros los
taurinos si no pudiéramos despachar en Madrid jamón ibérico, tapas y bocadillos
y en Sevilla pescaítos y en La México elotes ¨con todo¨, en Mexicali tacos de
pescado, en Guadalajara tortas ahogadas y en Manizales arepas y en Tlaxcala mixiotes,
nopales, mole, frijoles, café de olla y la contribución histórica de la región:
tortillas de maíz?
1 comentario:
Mi querido Jaranero, en hora buena, un exclente artículo y sin duda alguna quedan las ganas de visitar muchas ganaderías mas, y sobre todo si nos tratan como en la de la Laguna.
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