sábado, 9 de junio de 2012

Manolo, Cáceres, y los “Adornos Mexicanos”

PITÓN DERECHO Cáceres, cercana a la frontera con Portugal,  es una ciudad merecidamente llamada Patrimonio de la Humanidad. Está señoreando unas alturas en Extremadura y tiene callejuelas, avenidas y paseos, torres y conventos, palacios y plazas innumerables: la Mayor, Santa María, de Santiago, San Jorge, Veletas, Candelas y por supuesto una  de toros, que no está en la cuadro histórico de tan hermosa ciudad.

PITÓN IZQUIERDO La plaza es chica con la particularidad que por lo que puede verse por fuera (No estaba abierta al público) no aparenta tener espacios como, digamos los de Calafia, para alojar los encierros. Tiene aledaña una zona residencial alguna de cuyas casas está estrechamente ubicada junto a una barda de la plaza que parece acotar los patios de cuadrillas, patio de picadores y entrada a los chiqueros.

PITÓN DERECHO Hay una puerta metálica en un muro de la plaza, a una altura que sugiere que el camión en reversa entrega los toros que serán lidiados. Pero, como  ya dijimos, no se perciben corraletas, patio de cuadrillas, etcétera. Lamentablemente, para nosotros, no pudimos resolver la intriga porque la próxima corrida está fuera de nuestro calendario.

PITÓN IZQUIERDO Fue en esta plaza donde Manolo Martínez recibió una de las cornadas más serias de la quincena acumulada durante su carrera de matador de toros. La enfermería tiene acceso por medio de una puerta metálica al espacio donde suponemos, los aficionados esperan ingresar las tardes de toros.




PITÓN DERECHO Una saludable caminata en ascenso serpenteante a la Plaza Mayor nos permite conocer infinidad de añejos pasajes y disfrutar de la comida regional. La calle de la Amargura merece el nombre pero aún más la media centena de escalones en espiral del campanario de la torre de la llamada Concatedral de Santa María. Desde ahí se intuyen tantas y tantas hazañas desconocidas  para nosotros,  pero igual de reales que tuvieron que sufrir los habitantes para defenderse en aquella batalla ya olvidada por la mayoría de los descendientes.

PITÓN IZQUIERDO Esta visita nos impidió presenciar la corrida en las Ventas de la cual Talavante salió en hombros. Pudo realizar ante el público  madrileño, según leemos, algunos “adornos mexicanos”. Tal vez se refiera el cornista a lo que en esta columna bautizamos como La Talavantina que  es una serie de pases en que se combinan arrucinas, que es un pase,  y vitolinas, que también son pases, con la misma embestida, y no son adornos.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Aún cuando sea muy vistosa la serie, está compuesta de verdaderos pases porque la cornamenta describe semicírculos con centro en los muslos y cintura del torero. No es como la regiomontana que, sin dejar de ser peligrosa, no tiene  el recorrido alrededor del diestro para nombrarse pase.

 RECORTE FINAL Siguiendo con el tema de los pases, ahora ya en los diarios de Madrid se recuperó el nombre de Zapopina a lo que en un tiempo tuvo el nombre de Juliana o algún otro que señalaba a El Juli como su creador.

DESPLANTE Por lo que percibimos en la prensa diaria los que están desorientados por lo que pasea en las corridas de toros, no son los aficionados sino los cronistas. La analogía irresistible es la del habla popular: Las tribulaciones de los literatos que sufren por el habla popular no perturban al pueblo que nunca tiene problemas para expresarse.

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