viernes, 23 de septiembre de 2011

¿LOS PIRINEOS SEPARAN AFICIONES?

PITÓN DERECHO Hurgando en Les Bestiaires de Montherlant descubro en la dedicatoria que la taurofilia gala del Presidente Doumergue (¿o sería tauromania?), era de tal intensidad que ponía la afición francesa por arriba de la española: “En el Mediodía taurino--dijo, la pasión por los toros tiene raices más profundas que en la España misma.” Por nuestra cuenta diríamos que si a Nimes se le conoce como La Roma de las Galias, entonces tantito más y Monsieur le President la hubiera designado La Sacra Sede Universal de la Torería.
PITÓN IZQUIERDO La utilización del término bestiarios nos dice algo del concepto en que se tuvo la fiesta a principios del siglo pasado. El caso es que en la antigua Roma, los fortachones que peleaban entre sí, en los coliseos, se llamaban gladiadores. Si se enfrentaban a bestias salvajes eran los bestiarios.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Entonces, si a principios del siglo pasado el término fue escogido por el toreador Henry de Montherlant, es que, por mucho, torear todavía era una actividad casi sólo para aniquilar al animal después de darle dos tres pases, antes de la estocada.

PITÓN DERECHO Regresando a la fiesta española y comparándola con la fiesta francesa, hay que aceptar cierta intensidad diferencial taurina porque, ¿cómo se explica que en este año 2011 en Francia ya hayan declarado la fiesta taurina como patrimonio cultural y en España (Por no decir el resto del planeta taurino), todavía están recogiendo firmas para apoyar la solicitud?

PITÓN IZQUIERDO Con toda esta querella taurina de ambos lados de los Pirineos nosotros, los que no vivimos allí, tendremos que ampliar nuestra tolerancia para que además de convivir con los arrebatos carpetovetónicos, ahora tenemos que incluir la elegante soberbia de los franceses del Mediodía. Ambas aficiones pagadas de sí mismas, no hacen sino enriquecer nuestro gusto taurino porque nos obligan a considerar los rasgos particulares de cada afición, incluyendo la nuestra.

PITÓN DERECHO La consecuencia de esta aventura de sabores taurinos nacionales, es reconocer que son tan variadas las costumbres de las respectivas aficiones que ocupan los tendidos, que uno tiene que concluir que la afición, digamos la mexicana, es como todas las aficiones del mundo taurino, pero también es como pocas aficiones y sorprendentemente, es como ninguna otra afición del mundo.

PITÓN IZQUIERDO Ahora bien, exactamente eso mismo se puede decir de cualquier otra afición. Es como todas, es como pocas y es como ninguna otra. Al menos así son con las que hemos tenido la oportunidad de compartir tardes, ya sea con mamarrachos, toreros en ascenso y figuras esplendorosas, en arenas pueblerinas y en las llamadas catedrales, o en plazas que “dan o quitan”.

PITÓN DERECHO Todas las aficiones son iguales, algunas son diferentes y todas son inigualables. A los comentaristas nos corresponde, si es que es una tarea auténtica intrigarnos primero y luego tratar de dilucidar cuáles son los linderos de tales rasgos nacionales. Órale.

PITÓN IZQUIERDO No pocas figuras del toreo de hoy, ayer y antier, han escogido la arena oblonga de Nimes para recibir la alternativa. Por algo será: Una instalación romana que tiene una sola puerta para el paseo de matadores, la salida de los toriles y los egresos de los diestros sin gloria y con ella.

PITÓN DERECHO De veras que un aficionado de cualquier rumbo de la Rosa Taurus de los vientos, debería estar en Sevilla, Madrid, Bilbao, Pamplona, Nimes y Arlés. También visitar las plazas de México, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Portugal y Las Vegas. Cuando menos.

PITÓN IZQUIERDO En el Siglo XVI el Papa Pío V prohibió las corridas, en Francia los presidentes anteriores a Doumergue; en nuestro cono sur los parlamentos. En todos lados la fiesta ha tenido sus acosadores y en muchos casos, sin resultados definitivos. Inminentes son las corridas verdes, creemos que así como se suavizó el trato de las cabalgaduras acolchonando a los caballos, y  una vez prohibido el uso de las medias lunas, los perros, etc., los tiempos parecen llevarnos de la mano a las corridas verdes oficiales. Serán, en todo caso, las oficiales porque las rojas tal vez se refugiarán en la ilegalidad. Hay que leer a Montherlant para asomarse a la inminencia del cambio.

PITÓN DERECHO Si por la prohibición de las corridas rojas, se llegaran a convertir los toreros en forajidos a salto de mata, la ilegalidad que sufriría la fiesta la haría arrinconarse en recovecos ocultos para seguir haciendo circular la adrenalina en los flancos de los pertinaces humanos.

PITÓN IZQUIERDO Porque así como tantas otras actividades prohibidas oficialmente no hacen sino aumentar el gozo torvo, la prohibición de las corridas no hará sino aumentar el placer de tener que esconderse para disfrutarlas, en tiempo real o en las imágenes que navegarán por el anchuroso espacio ciber náutico.

RECORTE En caso de México dos jefes de estado ya han prohibido las corridas: Benito Juárez y Venustiano Carranza (Con éste último la genética tardó algo pero fue implacable al enderezar la barrabasada porque Manolo Martínez fue uno de sus descendientes).

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